Los sensores de oxígeno, también conocidos como sondas Lambda o sensores de O, son de vital importancia para el correcto funcionamiento vehículo y para el control de las emisiones contaminantes.Compuestos de un elemento sensor de circonio, su principio de funcionamiento se basa en una comparación entre la medición de la concentración de oxígeno restante en los gases de escape y la cantidad de oxígeno en el aire ambiente. Esta información enviada mediante señal a la ECU permite controlar la inyección de combustible y el suministro de aire en un circuito cerrado.
El sensor en realidad no mide la concentración de oxígeno, sino la diferencia entre la cantidad de oxígeno en el gas de escape y la cantidad de oxígeno en el aire. Los sensores de oxígeno son por tanto esenciales para una correcta gestión del motor y para una reducción eficiente de las emisiones. Su desempeño ayuda a:
- Funcionamiento de motor – Para la entrega de máxima potencia, el motor requiere un mapa preciso del ratio de la mezcla aire-combustible a lo largo de todo el rango de revoluciones del motor y la presión de admisión.
- Economía del combustible – Una mezcla de aire y combustible cercana a la mezcla estequiométrica ofrece una duración óptima del combustible y unas emisiones mínimas.
- Reducción de emisiones – El catalizador opera a la máxima eficiencia con un ratio de mezcla cercano al estequiométrico.
Los motores modernos de gasolina están equipados con al menos dos sensores de oxígeno:
- El sensor de oxígeno pre-catalizador se encuentra antes del catalizador. Su función es proporcionar información para el ajuste de la mezcla de aire-combustible.
- El sensor de oxígeno post-catalizador se sitúa después del catalizador. Este monitoriza la función de conversión catalítica que convierte gases contaminantes en gases menos contaminantes (CO, NOx, HC en CO2, H2O & N2)